jueves, 13 de mayo de 2010

Programa para el sostenimiento económico de la Iglesia




Carta de nuestro Obispo a todos los Diocesanos

Las Palmas de Gran Canaria, 7 de Mayo de 2010

Queridos Hermanos y Amigos todos:

Soy consciente, al empezar a hablarles en los días en que realizamos la Declaración sobre la Renta para la Hacienda pública, de que en este año hay un contexto singular.

Por una parte hay que tener en cuenta de que ha habido un incremento de declaraciones, y un incremento de la recaudación que éstas suponen, en los datos del último ejercicio publicado (2008) con respecto al ejercicio del año anterior. En Canarias ha habido más de 2.000 nuevas Declaraciones, lo que ha supuesto un incremento del 4,8 % de la Recaudación en el indicado ejercicio.

Esto significa que hay una creciente conciencia de que la Iglesia católica en España necesita ser mantenida y apoyada por los creyentes, y por los que sin serlo valoran su actuación pública; y significa igualmente que es posible hacerlo e incluso aumentar a pesar de la crisis, porque hay una creciente conciencia de que en la gestión del dinero por parte de la Iglesia se consiguen muchos buenos fines, entre ellos, el ser los primeros en atender a los más afectados por la crisis. Es hora de seguir agradeciendo a cuantos lo han hecho, porque vienen haciéndolo así desde siempre, y a cuantos lo han hecho ahora por primera vez porque han percibido con claridad esta realidad. Gracias de corazón en nombre de todos, y en especial en nombre de los más desfavorecidos.

He recibido información de los ingresos de Cáritas Diocesana de los últimos ejercicios, y la generosidad de los que ayudan con sus donativos, sus suscripciones fijas, o sus cuotas de socios, ha sido muy notable. En Ingresos propios, es decir los procedentes del bolsillo de los ciudadanos, no de las subvenciones a programas por parte de las distintas Administraciones, se ha producido un incremento del 36 % entre 2007 y 2008; si se miran los datos desde 2007 a 2009 la subida supone un 68 %. Se ha pasado de 1.291.772 € de fondos propios en 2007 a 2.170.484 en 2009.

Han surgido, además, nuevas aportaciones personales. Hay quienes han dado el paso al frente presentándose en Cáritas Diocesana para colaborar como nuevos Voluntarios, y con cualificaciones muy destacadas. Seguimos necesitando, y los más débiles en especial, donativos y suscripciones fijas en Cáritas, la entrega de vuestro tiempo y vuestros conocimientos y habilidades, y vuestra X en la Declaración de la Renta.

En el contexto actual, un factor negativo está en la conciencia de todos y no quiero pasarlo por alto sin decir una palabra. Por una parte los casos de pederastia eclesial conmocionan a todos, y evidentemente con toda razón. Pueden frenar el apoyo que se espera y se solicita. Y aún más: hay campañas de algunos grupos y colectivos que expresamente piden que se niegue a la Iglesia la ayuda para su mantenimiento procedente de la casilla de la X en la Declaración de la Renta.
A pesar de nuestros propios defectos, que nos avergüenzan y nos duelen muy sinceramente, y ante los que creo que se está reaccionando con justicia y claridad; a pesar de estas interesadas campañas que no tienen otro objetivo que perjudicar a la Iglesia, seguiremos tratando de hacer todo el bien posible, y actuando con todos los necesitados; seguiremos acompañando a los catequistas, a los miembros de Cáritas y a todos los cristianos en su camino de fidelidad a Jesucristo, nuestro único Buen Pastor; seguiremos alentando a las vocaciones sacerdotales, y formándolas en nuestro Seminario; seguiremos ofreciendo los múltiples cauces de formación que siguen muchos seglares en nuestro Instituto Superior de Teología; seguiremos acogiendo a los emigrantes, a los sintecho, a los afectados por la crisis, a las mujeres en situación de riesgo; seguiremos sirviendo a nuestras comunidades cristianas desde las Parroquias que mantenemos abiertas y dispuestas a acoger a cuantos a ellas se acercan. No vamos a renunciar a seguir trabajando para bien de todos. No vamos a dejar de rezar continuamente por el bien de todos. Y no vamos a agradecer de corazón a todos la ayuda y la colaboración material y personal.

Es evidente que me dirijo muy directamente a cuantos son conscientes de que nuestra Iglesia, pecadora en sus miembros, santa en la riqueza de Cristo de la que es portadora y anunciadora, santa en los medios de gracia que continuamente hace presente en la historia de la gente, va a seguir caminando con Ustedes, junto a Ustedes y a su servicio. Y va a seguir caminando, como lo está haciendo y cada vez más, con los más necesitados, junto a ellos y a su servicio.

Cuando el año pasado hice una llamada especial en el tiempo de Pascua a apoyar los esfuerzos solidarios de la Iglesia con la aportación del 10 % del sueldo mensual, algunos me hicieron observar que si muchos no llegaban a fin de mes ni a fin de semana, ¿cómo iban a aportar el 10 % mensual? Es obvio que estas personas son las que tienen que recibir, no las que tienen que aportar. Si entonces hice esa llamada, y ahora la repito, si ahora vuelvo a apelar a la conciencia social de los que sí están en condiciones de hacerlo porque sus ingresos son más que suficientes, es porque -como afirmó el Concilio Vaticano II en línea con toda la tradición de la Iglesia- el hombre “no debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen sólo a él, sino también a los demás”. La conciencia de formar parte de la Iglesia y de ser responsables de su vida y de los servicios que presta, viene a enriquecer esta visión de las cosas, y particularmente en el momento presente de crisis.

Ya saben que marcando con una X la casilla correspondiente de la Declaración de la Renta indican que desean que un 0,7 % de los Impuestos que ya pagan, no una nueva cantidad añadida, sea entregada para su financiación a la Iglesia Católica. Ya saben que lo mejor es marcar con una X la casilla de la Asignación Tributaria a la Iglesia Católica, y también con una X la casilla contigua ‘A Fines Sociales’; no se paga más, ni se divide por dos la cantidad que se destina a estos objetivos, sino que Hacienda destina un 0,7 % distinto a cada uno de ellos. Ya saben que, si no formulan personalmente su Declaración, deben recordar su voluntad de asignar a estos fines a quienes les preparan los formularios y se los presentan a la firma. Ya saben que pueden corregir el formulario de años anteriores para expresar ahora su deseo de ayudar.

Que el Señor nos bendiga a todos con su amor y nos llene de amor mutuo. ¡Gracias, queridos Hermanos y Amigos!

+ Francisco, Obispo




Más información sobre la campaña de financiación de la Iglesia en:
http://portantos.es/